El Internet de las Cosas (IoT) ha experimentado una notable evolución desde sus inicios, transformándose en un componente esencial de la vida moderna y la industria. A continuación, se presenta un resumen de su historia y desarrollo.
El concepto de IoT se remonta a 1982, cuando una máquina de Coca-Cola en la Universidad de Carnegie Mellon se convirtió en el primer electrodoméstico conectado a Internet. A lo largo de los años 90, se publicaron artículos académicos que comenzaron a explorar la idea de conectar dispositivos a redes. Sin embargo, fue en 1999 cuando Kevin Ashton, un investigador del MIT, popularizó el término "Internet de las Cosas" para describir un ecosistema de dispositivos interconectados que pueden comunicarse y compartir datos entre sí.
Entre 2008 y 2010, el número de dispositivos conectados superó a la población mundial, alcanzando aproximadamente 12.500 millones de dispositivos. Este crecimiento fue impulsado por la incorporación de sensores y tecnologías de conectividad en una variedad de objetos, desde electrodomésticos hasta vehículos.
La evolución del IoT ha estado estrechamente relacionada con el desarrollo de tecnologías como la computación en la nube, la inteligencia artificial y, más recientemente, la conectividad 5G. La llegada del 5G ha permitido una comunicación más rápida y eficiente, facilitando la implementación de soluciones IoT en tiempo real.
El IoT se aplica en múltiples sectores, incluyendo:
A pesar de su crecimiento, el IoT enfrenta desafíos técnicos y de seguridad. La interconectividad de dispositivos aumenta el riesgo de ciberataques, lo que requiere robustas medidas de seguridad y protocolos de comunicación adecuados. Además, la regulación del espectro radioeléctrico y la interoperabilidad entre dispositivos son cuestiones que deben abordarse para garantizar un desarrollo sostenible del IoT.